3.12.09

Guido Halfon


I

Como un pez flaco que intenta pellizcar de costado, con presunta astucia, un peligroso anzuelo. Y lo mide, lo huele, lo saborea, hasta suicidarse con la panza llena.

II

Como ayer a la tarde, que sentí parecido al miércoles pasado y al agosto que vendrá. Donde la gente estaba, donde el cielo miraba, donde yo me preguntaba. Igualito.

III

Como si me sobrara un ojo, como si me faltara una boca, como si me restara una media, como si anduviera buscando las canas que no me salieron.

IV

Como el fondo de la botella de licor que me mira desde el mostrador esperando su hora. Y yo no sé cómo explicarle.

V

Como si el amor fuera la capacidad de ponerle cara a esa canción que nos hace llorar.

Como su una palabra soñara con un jaque mate

Como si la paciencia fuera una virtud

Como si existiera una esperanza que no coma panes desesperados

Como esas tardes cuando no llueve

Como si un día de estos nos besáramos


Estaba en una habitación, no me acuerdo con quién. Seguro no estaba solo. Había una silla de mimbre, un cuadro de una pintura de frutas, una escopeta sobre una mesada y algo más también. Sueño raro. Se trataba de un viaje porque el lugar no tenía nada que ver con Buenos Aires. Tal vez estaba en algún pueblito lejano de esos que los visitas y les tomás un cariño inesperado. La cuestión es que no estaba solo y desde hace más de dos horas estoy tratando de recordar, dilucidar, descifrar (¿qué verbo sería el indicado?) quién eras vos. O no eras vos. A ver, yo estaba seguro porque el sueño lo tuve yo. ¿Hasta ahí estamos? Después había alguien más, pero las imágenes no me ayudan… Esperá, esperá… Ahí te veo. Ahora te veo. Sí, eras vos. Sos vos.

1 comentario:

- dijo...

Gracias Guido!!!

Publicar un comentario