30.10.20

PRIMER PREMIO - Concurso Internacional “Lugares Invisibles”


http://socearq.org/2.0/concursos/



1º Premio:
Trabajo clave FU6
Marilú Carbó
FADU- Universidad de Buenos Aires
Argentina




Buenos Aires,19 de marzo de 2020 un día antes que se declara la cuarentena decido armar una valija rápido e ir a pasar esos ilusos 14 días a mi pueblo. Nadie sospecha por aquellos días que esto iba a durar tanto…

7 de Agosto, pico de pandemia. 142 días después regreso a Belgrano, mi casa. Paso el portal, el soso y frio palier, me miro al espejo, abro la primera puerta del ascensor, luego la segunda, asciendo siete pisos al cielo, pasillo largo, oscuro, abro la última puerta, mi casa. Todo había quedado en pausa…

Había elegido ese departamento un año y medio atrás. Era la primera vez que decidía vivir sola. Calle Mendoza, excelente ubicación equidistante de la universidad y del trabajo. Pequeño, muy pequeño. Ideal para alguien sola con una vida social activa. Te lo juro, no te miento lo elegí feliz, nadie me obligo. El balcón no fue requisito excluyente a la hora de la búsqueda, ya que cuando piensas en tu departamento como departamento dormitorio después de un largo día, no te parece indispensable.

A falta de balcón, empiezo a analizar las prestaciones que me brindan estos 35m2 en pleno confinamiento. Inmediatamente descubro que la mejor ventana ubicada de mi casa para realizar la fotosíntesis es la de la cocina: tiene la visual más larga, y es donde el sol entra directo, pero resulta que la mitad es paño fijo y la otra mitad oscilo batiente proyectable, sumando que sus vidrios son esmerilados. Pareciera ser, que ver hacia el exterior no era una opción para el arquitecto. También está la de la habitación, que acostada desde mi cama veo el lavadero de mi vecino Gus, quien de tanto en tanto le gusta pasearse en paños menores y por último desde la ventana del living veo el ramillete de cables de tv que bajan de la azotea en un primerísimo primer plano y por detrás las sabanas y repasadores de Gus. Menudo paisaje de cuarentena me está tocando apreciar.

Luego de varias vueltas e intentos de no caer en la locura, logre reubicar la mesa del ahora denominado salón de usos múltiples, de tal forma que llegue a mirar al cielo, la operación fue sencilla. Fue solo desplazar la mesa un metro para atrás para dejar de ver el lavadero de Gus y llegar a ver el cartel que se encuentra en Av. Cabildo, allá a dos cuadras al oeste donde dice “Argentina unida, mantenga la distancia”.

Adentro, bien adentro pasando el portal, el soso y frio palier, abriendo la primera puerta del ascensor, luego la segunda, ascendiendo siete pisos, pasillo, largo, oscuro, abriendo la última puerta llego a este patio aire-luz que me deja ver un trozo del cielo si, solo si, estiro un poco el cuello.-



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